Dentro de la estrategia empresarial siempre nos encontramos con las dos caras de la moneda: 

  • Cara = Las oportunidades
  • Cruz = Las amenazas

Como consultores de riesgos, vemos como están aflorando nuevos riesgos y nuevas amenazas que debemos primero  detectar, para poder valorar en qué medida nos pueden afectar a nuestros negocios, y finalmente poder tratar y tomar decisiones en cuanto a prevenir, mitigar y transferir los riesgos que afectan a los bienes, al patrimonio y a las personas de nuestra organización

Asumir el riesgo uno mismo con cargo a la cuenta de resultados de la empresa parece bastante temerario, transferirlo al 100% y que sea otro el que pague en caso de ocurrencia sería la decisión más conservadora; quizás compartir el riesgo transfiriendo un porcentaje, un 25%, 50%, 75%…, sea lo más sensato, cada empresa decidirá qué porcentaje del riesgo asume y cede en función de su percepción del riesgo y de su músculo financiero.

En el ámbito empresarial, la ciberseguridad  encabeza la lista de riesgos debido a que es un negocio muy rentable para las mafias, también al contexto actual de pandemia, que ha generado mayores vulnerabilidades debido al teletrabajo, nuevas campañas de suplantación de identidad (phishing) con información sobre las vacunas, previsible endurecimiento legal y nuevos requisitos de seguridad para prevenir ciber ataques como por ejemplo el pago de un rescate por secuestro de datos (randsomware).

El riesgo de insolvencia y de falta de liquidez,  es otro riesgo latente que va a manifestarse durante 2021 y 2022 en mayor frecuencia. La inyección masiva de liquidez al sistema ha mejorado la capacidad de pago a corto plazo de las empresas, lo cual es muy positivo, sin embargo las carencias y las prórrogas para la devolución del principal del préstamo ICO Covid, así como la moratoria hasta el 31 de diciembre de 2021 para el deber de solicitar la declaración del concurso de acreedores, nos hace sospechar que muchas pymes se encuentren en un estado de “dopaje” que de momento les permite continuar pero que a medio plazo no podrán evitar la insolvencia definitiva. 

Además existen otros riesgos que debemos considerar como son : el cambio en la regulación y la digitalización, las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial, la cadena de suministro, el capital humano y la gestión del talento, el riesgo reputacional, los desastres y respuestas a las crisis, la incertidumbre macroeconómica y geopolítica.

Desde nuestro punto de vista, cada pyme tendrá que evaluar estos riesgos en términos de impacto y probabilidad, teniendo en cuenta su realidad, el sector de actividad y el contexto actual para prevenir y reducir los riesgos, y así poder tomar decisiones en cuanto a que riesgos retener (autoseguro) y/o transferir (programa de seguros) y en qué porcentaje.

En términos de impacto, es probable que en riesgos como la ruptura de la cadena de suministro, la insolvencia/impagado de un cliente importante, los desastres y las respuestas a la crisis,… pueda ser muy elevado.

Y en términos de probabilidad, seguramente el riesgo de tener un ataque cibernético, secuestro de datos, suplantación de identidad,… sea el más elevado.

En resumen, creemos que:

  • Una adecuada gestión de riesgos va a mejorar la cuenta de resultados de la empresa
  • La gestión de riesgos no es solo cosa de las grandes empresas, también se puede implantar una metodología  sencilla para la gestión de riesgos en una pyme o micro pyme 
  • El mejor gerente de riesgos de una pyme puede ser su corredor de seguros de confianza, siempre que tenga la percepción y formación adecuada en esta materia

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